Antigua. El último destino del crucero. Cuando llegamos, una avalancha de taxistas nos cayó encima, ofreciendo llevarnos a montones de playas. Estos taxistas eran la changa... Uno te estaba ofreciendo una playa y entonces se metía otro y te decía que no fueras a esa, que esta otra era mejor... Desesperadísimos, si no te decidías se iban a asechar a los próximos turistas que les pasaran por el lado.
Uno te decía un precio, otro te ofrecía otro más bajo, y lo más cómico - un precio más alto porque su playa era mejor. Ja, ja. Y todo esto bajo un sol candente que te idiotizaba. Confundían a cualquiera.
Pero ya habíamos aprendido en los otros destinos a regatear con el taxista, a formar un grupo para bajar la tarifa (pues se dividía entre todos), a pagar al final para que no nos dejaran arrolla'os... Ja. Éramos Súper Kahlúa y El Macareno, los expertos turistas. Nos sentíamos muy confiados. Eran tantos los taxistas que pensamos en dar una vuelta primero, tomar fotitos, y luego regresar con calma a contratar uno para que nos llevara a alguna playa.
En el puerto había más de lo mismo - kioskos de artesanía, tiendas de licores, joyerías... Ah, y mucho de ese híbrido que sólo existe en el caribe: la joyería/licorería/all-in-one souvenir & photo shop. Sin embargo, muchas de las tiendas estaban cerradas, pero aún así nos fuimos a pasear entre las callecitas para tomar fotos.
El barco lo veías desde cualquier punto. Parecía haber aterrizado en tierra, a lo Speed 2.
Pero el calor era insoportable. No habían pasado 25 minutos cuando desistimos de la idea y decidimos regresar a regatear con los taxistas para ir a la playa.
*Coquí.*
Lo que quedaba era uno nada más. Le preguntamos la tarifa y nos decía que él cobraba $10 por persona. El Macareno le pide que esperara a que formáramos un grupo y le dijo "Look aroud you." Yep. No quedaba casi nadie en el puerto. Ya todo el mundo estaba en la playa. "Besides, the bus is full." El tipo ya tenía su grupo formado. Ni modo, nos fuimos con él.
Cuando nos montamos en la guagua, éramos nosotros dos y tres muchachos jinchos, casi transparentes, rubios y de ojos azules. Creo que eran alemanes. Éramos mas que cinco gatos: nosotros y los Tres Jinchos. So much for "the bus is full"...
En unos 15 minutos llegamos a la playa. No recuerdo el nombre, pero para llegar había que entrar en los predios de una propiedad privada. Había un hotel y una marina.
Antigua era el destino en donde más tiempo íbamos a estar así que todos le pedimos al taxista que nos recogiera a las 4:30 PM, para pasar el día en la playa y llegar cómodos al barco, ya que se iba a las 5:30 PM. Él nos dijo que nos recogería allí mismo donde nos había dejado.
Nos bajamos de la guagua y entonces nos cobró. :o| (Esto era algo totalmente imprevisto para Súper Kahlúa y El Macareno, los expertos turistas.) No le queríamos pagar pues él se iba y queríamos garantizar que nos fuera a recoger. El tipo juró sobre la tumba de su madre que regresaba. Yo no le creía ni papa pero, qué remedio, le pagamos. Nada. El taxista se fue y nos pusimos de acuerdo con los Tres Jinchos en encontrarnos allí. Camino a la playa, El Macareno me decía que el tipo se veía buena gente, que me quedara tranquila, que iba a regresar. Yo lo acusaba de creerse que estaba en Disney World y que todo el mundo era Mickey Mouse... ¬¬
La playa era hermosa. Disfrutamos muchísimo. Descansamos bajo el sol. A la verdad que la pasamos muy bien... Había mucha gente y, no obstante, el único sonido que se escuchaba era el del viento y el mar. Nada de música ni de alboroto. Pura tranquilidad. El agua clara y calientita. La vista al horizonte estaba de película...Llegó la hora de partir y el taxista no aparecía. Los Tes Jinchos tampoco. Igual, si no aparecían nos íbamos como quiera, pero la cosa era que nuestro taxista brillaba por su ausencia. Ya escuchaba a la madre del taxista revolcándose en su tumba...
Otros taxistas nos ofrecían llevarnos y nosotros fieles al nuestro les decíamos que ya teníamos quién nos viniera a recoger y rechazábamos las ofertas. Entonces viene uno y, en un tono condescendiente, nos dice que si queríamos podíamos esperar, pero que pensáramos que nuestro taxista no iba a regresar... :o| Súper Kahlúa y El Macareno estaban arrolla'os... :o(
Cuento largo corto, conseguimos otro taxista y pagamos la misma tarifa para regresar. Fue el pon más caro de todo el viaje. En otros destinos por $40 nos daban un tour por la isla a los dos... :o| Pero en Antigua no había mucho para hacer y aquí el barco llegaba temprano y se iba tarde. Lo mejor era irse para la playa y pasar el día allí.
De todos los destinos, Antigua fue el único que nos permitió relajarnos por largas horas y sin prisa en una playa hermosísima. Un buen cierre con broche de oro.