13.2.06

Tratando de llegar "al medio"...

El Departamento de Educación a la verdad que da pena... Esto parece un paso de comedia...

En un intento por renovar mi licencia de Maestra de Ciencias, y solicitar una licencia nueva como Maestra de Matemáticas, llamé en varias ocasiones a Certificaciones en el Departamento de Educación para pedir información de cómo realizar las gestiones, pero nunca contestaban. En una ocación había ido a la Región Educativa de San Juan para que me evaluaran sobre los requisitos necesarios para la Certificación de Matemáticas. Decidí entonces hacer los trámites allá.

Busqué en el portal de gobierno en la internet información sobre los documentos necesarios y los ordené. En lo que los recibía, seguí tratando de comunicarme con Certificaciones sin ninguna suerte. En dos días recibí todos los documentos necesarios y me dirigí a la Región Educativa de San Juan.

Llego al lugar, subo en el ascensor hasta el tercer piso, y al salir está un guardia de seguridad sentadote en un escritorio con un registro de firmas con cara de que le apesta la vida. Sin dejar a uno decir nada (creo que yo ni me había bajado todavía del ascensor) dice, dándome un susto: "¡Firme ahí!" Con el corazón de corbata le dije "Buenos días." No me contestó nada, firmé y seguí mi camino.

Abro la puerta detrás del guardia y me encuentro en la recepción con una empleada sentadota en otro escritorio con otro registro de firmas. Le doy los buenos días, pero lo mismo, no responde nada. A ésta también le apesta la vida. Le pregunto entonces si me podía explicar en dónde podía realizar mi gestión. Con una voz casi robótica, y un tanto morónica, me dice sin mover un dedo y sin tan siquiera mirarme a los ojos: "Firma aquí, entra por ahí, sigue al final y vira."

Habían como cuatro pasillos detrás de ella y no me señaló ninguno. Le pregunto entonces: "Entro por ¿dónde? y viro ¿a la derecha o a la izquierda?" Se digna a levantar la vista, respira profundo, y me mira molesta como si yo fuera bruta: "Mi amor... Métete por ahí, vira y sigue hasta el final."

Bueno, logré algo pues ya por lo menos sabía por cuál pasillo entrar, pero todavía no sabía por dónde "virar". Me aventuré a "virar" en la primera puerta que encontré a la derecha y estaba cerrada. Como no había nadie en los alrededores, regresé con el rabo metido entre las patas y le pregunté nuevamente a la recepcionista: "Disculpa que te moleste, pero esa puerta está cerrada. ¿Me podrías decir otra vez por dónde es?" En ese momento pasó un empleado que se dirigía aparentemente hacia mi destino y ella me dice: "¿Ves ese tipo que va por ahí? Síguelo y cuando llegues allí pregunta por María Rivera."

Seguí al empleado y llegué a este ENORME laberinto de cubículos, algunos vacíos y otros con empleados, en grupitos, tomando café, haciendo chistes o haciendo nada. Le pregunto a una empleada por María Rivera y me contesta: "En el medio".

¡¿"En el medio"?! Por qué no pueden dar direcciones claras, aún no me lo explico. Como ratoncito de laboratorio, me moví dentro del laberinto tratando de llegar "al medio".

Finalmente llego "al medio" y en este cubículo se encuentran dos empleadas chismeando y pregunto: "¿María Rivera?" Una de ellas se identifica: "Sí, esa soy yo". "Buenos días", le respondo. "Vengo a renovar mi licencia y a solicitar una nueva." Con ningunos deseos de atenderme y con una cara de maldita-sea-se-me-acabó-el-break, ella me dispara: "¡Documentos!". Y sigue conversando con la otra de algo que, si no se trataba de un chisme seguramente era de una novela.

Yo busco entre mis cosas y paso un poco de trabajo, pues entre el cartapacio que llevaba lleno de documentos, la cartera, las llaves y el paraguas, tenía las manos ocupadas. Las únicas dos sillas que habían en "el medio" las estaban ocupando María Rivera y la otra inepta, (digo "la otra", pues la María también me pareció inepta). En medio de su conversación, miran mi acto de malabarismo y ninguna me ofrece un asiento. Le pregunto a la María dónde puedo poner mis cosas, y la otra, recibiendo el mensaje, se levanta, pero no se retira. Al contrario, todavía continúa su conversación. "¿Por qué no cogerán un buche las cotorras éstas?", pensé.

Me siento, le voy dando los documentos (solicitudes, certificado médico, de nacimiento, de ASUME, de buena conducta, de existencia...), y ella los va tirando, sin ningún orden ni cuidado, sobre su escritorio mientras sigue conversando con la otra. En su escritorio no había absolutamente nada, lo que me hizo pensar que, o era muy eficiente en su trabajo, o simplemente no tenía nada que hacer (creo que la última es la acertada). Le explico mis trámites con mucha dificultad, pues la tipa todavía seguía hablando con la otra todo el tiempo y yo lo que hacía era interrumpirla.

En una le pregunto: "¿Qué es lo que procede con la nueva licencia de Matemáticas? ¿Usted evalúa que yo cumplí con todos los requisitos, o...?" Me interrumpe como si hubiera dicho una blasfemia: "¡Yo no evalúo a nadie!" Y como si recitara una letanía continúa diciendo: "Esto va ahora al Departamento, de allí a Certificaciones, allí lo evalúan y después de dar yo no se cuántas vueltas se le enviará por correo. Y eso es si lo hacen a tiempo, pues si se tarda mucho y pasan tres meses te van a pedir que solicites otra vez los certificados de buena conducta y de ASUME." Ahora sí que me quedé bruta y sin idea...

"¿Tomó el examen de certificación de la especialidad de Matemáticas?", me preguntó. Le contesto que sí. "Y si tengo que volverlo a coger me avisa, que ese examen es un insulto a la inteligencia", añadí, porque es verdad, es súper fácil; con razón hay tantos maestros flojos en la calle... Al mostrarle copia de mis resultados me dice: "¡Yo no me quedo con eso! El Departamento de Educación tiene una lista de los resultados."

Entonces le pregunta a la compañera: "Oye, ¿tú tuviste que coger el examen de certificación? Cuando me dieron mi licencia no había que coger eso." La compañera le contestó que no, que ella tampoco lo tuvo que coger. Entonces pasa un joven empleado por el lado, y le pregunta lo mismo. A lo que él contesta que sí, y sigue andando. En ese momento me doy cuenta que las personas que me están atendiendo son maestros. ¡Maestros! Si a cada rato se escucha en las noticias que hacen falta maestros en el Departamento de Educación, ¿por qué trabajan en estas oficinas en posiciones administrativas y no en el salón de clases?

Sabiendo que la falta de maestros en las áreas de Matemáticas ha sido un problema de toda la vida le pregunto entonces: "Con la falta que hacen los maestros de Matemáticas, ¿no pueden agilizar el proceso un poco? ¿En realidad puede que se tarde tres meses?" Y me dice que sí, que "qué se va hacer".

Preocupada por lo mucho que esto se podía demorar y por el trato indiferente que le estaba dando a mis documentos, tuve la osadía de preguntarle si me daba un recibo como evidencia de que entregué todo, y me dice mirándome como si yo estuviera pidiendo mover una montaña: "Ay, mi'ja, yo ni siquiera tengo computadora... Eso lo entraré después, cuando pueda, y tu tendrás que darle seguimiento." "¿Cómo le doy seguimiento? ¿Me comunico con usted aquí?", le pregunto. Ooops! Dije otra blasfemia... "¡No, conmigo no! Llama al Departamento de Educación y te comunicas con Certificaciones". Le digo que allí no contestan nunca el teléfono, a lo que me responde: "Si no lo contestan allá, imagínate como será acá". "Pero, ¿cómo le voy a dar seguimiento si nadie contesta en ninguna parte?", le insisto. A lo que me responde en tono de salir del paso (después de todo estoy interrumpiendo su valiosa conversación con la otra inepta): "Pues... Ven la semana que viene".

Ya no pude insistir más... Y así me tuve que ir con mi música a otra parte, frustrada después de haber dejado mis documentos en el limbo y sin ninguna certeza de que recibiré mis licencias.

A fin de cuentas, es una agencia de gobierno más. En nuestra idiosincrasia se entiende que el mal servicio y las ganas de no trabajar son de esperarse en el gobierno. Pero es una pena que el servicio sea tan pobre en un lugar donde debería sentirme en mi casa. Yo me siento orgullosa de mi profesión, pero el Departamento de Educación deja mucho que desear, y parece mentira que tenga que certificarme como maestra en este lugar, donde reina tanta ineptitud, tanto desgano, tanta indiferencia, y tanta falta de educación.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. El DE es una pesadilla, llevo unas 2 semanas esperando por una estadísticas que aún están "precesando" desde que las pedí.

Saludos.

Kahlúa Macarena dijo...

Así es, pesadilla y media. ¡Gracias por visitarme!

Anónimo dijo...

Yo llevo un año tratando de que me den la Certificación y ya he entregado los papeles 2 veces, y el certificado de asume 3. Fui al departamento en San Juan y allí lo que trabajan son un chorro de brutos y morones. Y es verda lo del exámen el que no pase eso no lo deben dejar trabajar nunca.

Kahlúa Macarena dijo...

¡Ay! No me digas eso... ¡¿Dos años?! Seré una maestra sin licencia por el resto de mis días. Uno tratando de hacer las cosas bien, pero con la porquería del Departamento de Educación, no se puede.

AsharEdith dijo...

Fijate yo solicité una evaluación para certificarme y me llegó en 6 semanas. ¿Ya llegó la tuya?

Kahlúa Macarena dijo...

bien, gracias... allá empolvándose en el olvido... ¬¬

La-Roc dijo...

Ay Puerto Rico!
Como están las papas podridas en este país.

Que lamentable experiencia pero tan real y tan cierta.

Orient@-T dijo...

veo esa "historia" plagada de momentos que dejan "mal sabor de boca",

Hay historias con "momentos dulces" ? en esa historia hay algunos? en otras historias?

http://momentos-dulces.blogspot.com/
un abrazo desde Barcelona

Anónimo dijo...

Nena, eso me paso a mi cuando me iban a dar el bono. Del otro lado habian risas y eso parecia un "happy hour" mas que una oficina. Y eso es en la region de Ponce. Asi que me habre de imaginar como sera por alla.

¡Saludos!

Prometeo dijo...

Cuando me dieron mi certificación me dijeron que la cuidara bien que no me ibana a dar un copia. Cuando me mudé a mi casa nueva se me perdió. Esa mediocridad que narras no solo se dá en las oficinas, en la escuela donde trabajo entregué el papel para adminisrtar pruebas diagnósticas en agosoto. Me las entregaron en octubre...

Kahlúa Macarena dijo...

no chico... la mediocridad reina en el departamento de educación y se desparrama en las escuelas. es triste.

¿en octubre? ¡ya pa' qué! increíble...

oye, por si aca, la hazaña no termina aquí. la saga continúa. (hay 2 posts más).

¡saludos!