26.2.06

Me gané un pollito azul... y se murió

Cuando tenía como 6 años, mis padres me llevarona una feria que hicieron en un parque cerca de la urbanización donde vivíamos. "La Feria de la Alegría" se llamaba. Pues allí regalaron desde pollitos hasta conejos, todos de colores. En un juego, de esos típicos de feria, en el que uno tira una bola para tumbar algo, pero que nunca lo tumba, me gané un pollito azul. No tumbé nada, pero me dieron el pollito, porque "ya era tarde y había que salir de ellos." Hicieron una rifa, y mi mamá se ganó un gallo polaco. Era precioso, a la verdad. (Yo decía que era un gallo rockero, por su moña punk.) Sin saber qué hacer con el pobre gallo, mi madre se lo llevó a la casa. Esa noche el gallo cantó exactamente a cada hora. Sí, cantó a la 1 AM, a las 2 AM, a las 3 AM (parecía que, rockero al fin, cantaba al son de "Rock Around The Clock"...) Mantuvo despierto hasta al perro. Al día siguiente, mi mamá amaneció endiabla' por el canto del gallo. Antes de medio día ya lo había regalado pa'lante. ¿Y mi pollito? Qué iba a saber yo con 6 trapos de años acerca del cuidado de un pollo... La primera noche comió pan moja'o... A los dos días le dió "moquillo" y se murió.

Hace un tiempito atrás, Mayra Montero contaba en su columna "Antes de que llegue el lunes" acerca de una promoción que tuvo el restaurante Wasabi, de Condado. Resulta que estaban inaugurando un acuario y como invitación enviaron unas botellitas de licor, como las miniaturas que te sirven en los aviones, llenas de agua y con un goldfish adentro. La idea era que el día del evento, que sería como 3 días después, el invitado trajera su pescadito y lo echara en la pecera para recibir entonces un coctel de bienvenida. ¡Esos pobres pececitos no iban a sobrevivir ni un día...! ¿Cuántos habrán perecido en las manos del imbécil que trataba de meterlos a la fuerza en esas botellitas...? No sé que pasó finalmente el día de la actividad, pero me imagino a los invitados trayendo su botellita con el pez en estado de putrefacción sólo para reclamar su trago gratis. Qué se habrá fumado esta gente cuando se les ocurrió tan estúpida idea, no lo sé.

Pues hoy Mayra cuenta en su columna acerca de otra promoción similar, esta vez de Pepperidge Farm, en una megatienda de Cayey. Si comprabas dos bolsitas de sus galletitas Goldfish, te regalaban un goldfish. En una bolsita. ¿Es que no piensan? No todo el mundo tiene una pecera en la casa. Si a mí me ofrecen el goldfish, rechazo el regalo, pues no tengo pecera y no sabría qué rayos hacer con el pobre pez. Claro, la mayoría se llevará al goldfish, sólo porque se lo dieron de gratis, y al llegar a la casa lo echará en un vaso con agua de pluma (llena de cloro y mortal para los peces) para que cumpla su condena de muerte.

Tengo una amiga que es maestra. En la escuela donde trabaja celebran la semana de las matemáticas durante la temporada de pascua. En un día en particular de esa semana hacen una feria, con juegos matemáticos, exhibiciones, etc. Los estudiantes de cada grado tienen que inventarse un juego y montar un kiosko. El día de la feria, todos los estudiantes van por los kioskitos jugando los diferentes juegos que cada grupo preparó y reciben un regalo por participar. Pensaba que los regalos serían dulces, paletas, o qué se yo, algún juego educativo. Pues el grupo de ella, me cuenta emocionada, decidió regalar pollitos de colores. ¿Pero dónde los van a guardar en lo que llega la hora de salida? ¿En una cajita? ¿En el locker? Algunos los dejarán tirados por ahí...Y lo más grande es que la escuela lo permitió. ¿Qué le están enseñando a los niños? Regalan un animal indefenso como si fuera un juguete.

Ésto debería estar prohibido. No se deben regalar animales de una forma tan irresponsable, como premio o como artículo de promoción. Eso es un abuso. La vida de estos animalitos queda a la suerte del dueño que les toque. Y sí, puede que algunos lleguen a ser cuidados y adorados por sus dueños y vivir una vida normal. Pero es muy seguro que la mayoría mueren, incluso antes de llegar al hogar. ¿Que será lo próximo? ¿Regalar un perrito? ¿O es que existe alguna diferencia entre el goldfish y el perrito? Son animales indefensos. Regalarlos de esta forma es condenarlos a muerte.

22.2.06

El Tren del Choliseo











He utilizado el Tren Urbano (TU) en 4 ocasiones:
  1. La trillita mandatoria cuando el tren comenzó a funcionar y era de gratis. (¡El TU costó demasiado dinero! ¡¿Gratis?! ¡¡¿¿Pero, por qué??!!) Visitamos todas las paradas para ver los murales. Tomamos el tiempo y comprobamos que para ir al trabajo de mi esposo, era mejor cojer el tapón que cojer el tren: 30 min vs. 55 min.
  2. Una visita que tuve que hacer al Tribunal de San Juan. Me demoraba más tiempo en el TU, pero en el Tribunal no hay estacionamiento.
  3. Otra vez el Tribunal de San Juan.
  4. Concierto de Ricky Martin en el Choliseo.
Cada vez que me monté en el tren estaba relativamente vacío. Digo, después de uno montarse el el London Underground, o en el New York City Subway, o en el Metro de Madrid, cualquier cosa parece vacía (y además de vacía algo ineficiente). Cuando más lleno lo ví, en días ordinarios, fue cuando la trillita gratis (claro, aquí todo lo que sea gratis atrae multitudes, a la especie símbolo de nuestro terruco borincano, el masetoide). Los días que fuí al tribunal esperaba ver más gente, eran días de semana, de trabajo, pero no ví tanta. Cuando pasamos por la estación Universidad, tres gatos se montaron. Si esto hubiera existido cuando yo era estudiante de la UPR, lo hubiera utilizado a diario, sólo por evitarme el problema del estacionamiento de la universidad. Cuando lo ví súper lleno fue el día del concierto.

Es en esos días de conciertos en el Choliseo que el TU luce con orgullo su razón de ser. Muestra para lo que sirve, para que todo ser bendecido con un préstamo para autos (myself included) puedan dejar su carro en el estacionamiento de la estación de San Francisco, o Martínez Nadal, o cualquiera otra que tenga estacionamiento, y se monten en el Tren para ir a un concierto en el Choliseo. Ese día de concierto, el tren va preña'o, medio mundo de pie, escandalizando como un gallinero, engancha'os de la baranda superior como jamones serranos en panadería española... Cualquier otro día ves al tren como en el primer día que te cobraron la trillita: vacío.

21.2.06

"One Night Only". Yeah, right...

















El domingo, 19 de febrero, mi esposo y yo fuimos al concierto de
Ricky Martin "One Night Only". Nuestros asientos eran en las últimas filas, en el nivel superior, casi pegado al al techo del Choliseo. Fué lo único que conseguí el mismo día que comenzaron las ventas de boletos para, supuestamente, la única función.

Estuve tratando de conseguir boletos desde las 8 am por internet, y la porquería de website de Ticketpop se trancaba a cada rato. Llamé por teléfono y siempre estaba ocupado. Finalmente me contestaron como a las 12:30 pm y me dejaron esperando como hasta la 1 pm. Esperé y compré los malditos boletos pues esto era "One Night Only" y viendo como iba la cosa no me quería quedar fuera.

Lo mejor que tenían eran los asientos 18 y 19 en la fila V de la sección 214 U, en el nivel superior. Eso queda en el lado lateral, cerca del lado izquierdo de la tarima, allá arriba,
pegado al techo, en el mismísimo carajo (pardon my french from now on), con una visión limitada. Imagínense, que para ver a Ricky, tenía que mirar con binoculares a la pantalla "gigante", porque la misma pantalla estaba lejos y para colmo lo tapaba a él y como a una tercera parte de la escenografía. ¿Ven la pantalla en la foto? Está tapando un mundo. ¿Y ven esa hormiguita en el centro? Ese es Ricky.

Compré los fucking boletos porque era "One [Fucking] Night Only" y pues, mala suerte, eso era lo que había y verdaderamente no me quería perder el concierto. Sólo para que el cabrón, hijuesumadre embustero éste decida abrir otra función... "One Night Only". Yeah, right... Ya, qué rayos, me quedé con mis boletos mierdosos y me fuí al concierto.


Bueno, ya me desahogué, ya no hablo malo... ;o)

El Choliseo estaba lleno a capacidad. Con todo y lo lejos que estaba, y con la visión limitada que tuve, me pareció muy bueno el concierto. Muy original. Ricky hizo unos arreglos musicales de algunos de sus éxitos, como "She Bangs" al son de flamenco, que me gustaron mucho. "Loaded" parecía sacado de un musical de Broadway. Excelente. La escenografía, por lo que pude ver desde el jurutungo viejo, estuvo buena. Pero desde allá no pude apreciarla completamente. ¡La maldita pantalla estaba en el medio! Voy a prender una vela a ver si sacan el concierto en DVD para verlo de verdad...

Los boletos me costaron $27.00 + $4.50 de cargos por servicios (¡qué abuso!) cada uno. Boletos en esos asientos laterales con visión limitada no deberían venderse. No por lo lejos que están, sino por la visión limitada, porque es el colmo tener que mirar la pantalla con binoculares para saber lo que está pasando detrás de la misma.

18.2.06

Aromaterapia para la infertilidad

Resulta que el tratamiento de la infertilidad no está cubierto por mi plan médico, MCS. La cirugía estética tampoco. Si no te gusta tu nariz y te la quieres cambiar, pues opérate. Sé feliz. Pero mientras puedas respirar con la nariz con la que viniste al mundo, el plan médico no te va a cubrir una rinoplastía. Eso lo entiendo perfectamente bien. Pero no entiendo otras cosas que el plan se atreve a icluir en sus cubiertas.

Buscando información acerca de mi cubierta en la página de internet de MCS, me encuentro con sus "valores añadidos":
"MCS Alivia: Exclusivo e innovador programa de medicina integral y complementaria con los servicios de medicina naturopática, acupuntura, aromaterapia y masajes trapéuticos, entre otros".
¡¿Aromaterapia?! O sea, que si no puedo tener hijos por problemas de infertilidad, pues hago una cita en un spa para que me soben la cabecita y me den a oler extracto de Ylang-Ylang para que se me vaya el trauma, y eso sí me lo cubre el plan. A la verdad que no sé en qué están pensando...

Uno no se entera de los huecos que tiene la sombrilla hasta que la abre por primera vez debajo de un aguacero. Cuando el patrono ofrece un plan médico, uno examina la cubierta y verifica que tenga farmacia, dental y hasta cuántos CT Scans, MRIs, sonogramas y terapias físicas te cubre al año. Uno inclusive se asegura de que cubra maternidad, aunque el plan no sea familiar. Pero a nadie se le ocurre averiguar si el plan cubre infertilidad. Hasta que le toca...

El tratamiento para la infertilidad es muy costoso. Pero ahora los planes médicos cubren alcoholismo, drogadicción, SIDA, cáncer... Condiciones cuyos tratamientos son costosísimos también. Ésas son condiciones médicas. La infertilidad debe reconocerse como tal también. A ver: Si tienes acné vas al dermatólogo y él te da tratamiento. Hay algo que no está funcionando bien en tu piel y el médico trata de arreglarlo. Eso lo cubre el plan. Si no podemos procrear, es porque algo anda mal en nuestro organismo, y de igual forma, el médico lo trata de arreglar. ¿Cuál es la diferencia?

Pero mi plan no es el único. En Puerto Rico no existe una ley que obligue a las aseguradoras a ofrecer planes médicos con cubiertas para tratar la infertilidad. Resulta que alrededor de 6 millones de parejas en los Estados Unidos luchan con problemas de infertilidad, según American Society for Reproductive Medicine. Y ya en 14 estados la ley provee para que las aseguradoras ofrezcan cubiertas de infertilidad. Aquí en Puerto Rico, como siempre, estamos atrás.

Mi esposo y yo llevamos ya casi dos años buscando bebé. En octubre de 2005 llegamos a las oficinas de nuestro médico, especialista en infertilidad. Ahí fue que nos enteramos de que no teníamos cubierta. Los dos tenemos problemas. El tratamiento para ambos ha sido largo y costoso. Y todo lo que nos falta... Uno se tiene que vestir de paciencia y esperar lo mejor...

MCS se llama a sí mismo "el plan de salud que se adelantó a los tiempos". Pero si la ley no los obliga, no se van a adelantar cubriendo el tratamiento de la infertilidad. Aromaterapia... ¡Primero nos cubren las visitas al médico brujo...!

"The desire to have children and be parents is one of the most fundamental aspects of being human. People should not be denied insurance coverage for medically appropriate treatment to fulfill this goal."
-American Society for Reproductive Medicine

17.2.06

Sólo en Puerto Rico

















Aquí los límites de velocidad se miden en millas por hora...


















...y las distancias en kilómetros. ¡¿?!

15.2.06

Tu perro, tu caca.

Esta gente de las campañas de "¿Qué nos pasa, Puerto Rico?" deberían hacer una campaña como esta:
Una familia en la casa, disfrutando de un fin de semana cualquiera. Papá sale a recoger el periódico afuera. El vecino de al lado saluda desde su casa. Papá saluda también. En la sala está la hija sentada con su laptop. Papá se sienta en la sala con una taza de café para leer el periódico. Intercambia una sonrisa con la hija. Mamá coloca unas velas y toallas decorativas en el baño de visita. Parece de magacín. Sonríe por lo lindo que todo le quedó. Va a sentarse a la sala con el resto de la familia. De pronto el vecino abre la puerta principal y entra en la casa. Sin saludar ni mediar palabras entra en el baño de visita. Al rato sale del baño y se va por donde mismo entró. Confundidos, Mamá, papá y la hija se miran. Mamá se levanta y se dirige al baño. Se encuentra entonces con que el vecino dejó una clase de "criolla" en el inodoro y no lo bajó. Luego se repiten escenas similares dos veces más mostrando al vecino entrar como perro por su casa, dejar la "criolla" en el baño de visita, no bajar la llave, y salir sin mediar palabra. Mamá y papá molestos cada vez que encuentran la "criolla". "¡Otra vez...!" dice Papá tirando el periódico. "¿Por qué este tipo no se va a cagar en su propia casa?"
No sabría cómo terminar el anuncio, qué estribillo broche de oro típico de éstas campañas colocar al final. Pero acepto sugerencias. Les cuento lo que me pasa para dales un boost a su creatividad ...

Mi jardín es un campo minado lleno de las cacas de todos los perros de la urbanización. La gente en esta ciudad de 5 estrellas son lo más cafre y desconsiderado que existe en el universo. Los vecinos sueltan a sus perros para que se vayan a cagar por los jardines de los demás. Mi casa la tienen de punto. Puedo hacer una galería de fotos de las cagadas que me dejan aquí, de todos tamaños, olores y colores. ¿Por qué no pueden sacar a sus perros para que caguen en sus propios patios? ¡Me encabrona! Disculpen los sapos y culebras que salen por mi boca, pero es que esto lo amerita.

Yo tengo una perra, y la saco todos los días a mi jardín. No tendría el atrevimiento de llevarla al patio del vecino. Eso sería una falta de respeto, de consideración, de civismo y de sentido de comunidad. Porque algunos hacen eso mismo. Como el vecino de al frente, que saca a su perro salchicha con la cadena y va casa por casa dejando que mee y cague a su antojo. Un día el perro escoge el carro del vecino de al lado, levanta la pata y le mea las gomas. A todo esto el dueño del perro lo tiene con la cadena y lo observa como si estuviera rociando las gomas con Armor-All. Y por ahí lo siguió a casa del siguiente vecino en donde le dejó el mojón. Luego regresa a su casa como si nada. ¡Pero mira y qué cojones!

Aquí la gente no piensa en los demás. Egoístas desconsiderados en su máximo esplendor. Mi filosofía es tratar a los demás como me gustaría que me trataran a mí. Yo no voy a cagarme en tu casa; no te cagues en la mía. Yo no llevo a mi perra a tu jardín a cagar; no traigas el tuyo al mío. Tu perro, tu caca. Usa tu jardín.

14.2.06

¡Feliz Día del Amor!




















"Good Life", Romero Britto

Matemática Moderna

Un problema de matemáticas leía así:

"En un pet shop hay 8 perritos y 6 gatitos. ¿Cuál es la razón de perritos a gatitos?"

Una estudiante me pregunta: "Maestra, ¿tengo que cambiar los perritos a gatitos?"

13.2.06

Tratando de llegar "al medio"...

El Departamento de Educación a la verdad que da pena... Esto parece un paso de comedia...

En un intento por renovar mi licencia de Maestra de Ciencias, y solicitar una licencia nueva como Maestra de Matemáticas, llamé en varias ocasiones a Certificaciones en el Departamento de Educación para pedir información de cómo realizar las gestiones, pero nunca contestaban. En una ocación había ido a la Región Educativa de San Juan para que me evaluaran sobre los requisitos necesarios para la Certificación de Matemáticas. Decidí entonces hacer los trámites allá.

Busqué en el portal de gobierno en la internet información sobre los documentos necesarios y los ordené. En lo que los recibía, seguí tratando de comunicarme con Certificaciones sin ninguna suerte. En dos días recibí todos los documentos necesarios y me dirigí a la Región Educativa de San Juan.

Llego al lugar, subo en el ascensor hasta el tercer piso, y al salir está un guardia de seguridad sentadote en un escritorio con un registro de firmas con cara de que le apesta la vida. Sin dejar a uno decir nada (creo que yo ni me había bajado todavía del ascensor) dice, dándome un susto: "¡Firme ahí!" Con el corazón de corbata le dije "Buenos días." No me contestó nada, firmé y seguí mi camino.

Abro la puerta detrás del guardia y me encuentro en la recepción con una empleada sentadota en otro escritorio con otro registro de firmas. Le doy los buenos días, pero lo mismo, no responde nada. A ésta también le apesta la vida. Le pregunto entonces si me podía explicar en dónde podía realizar mi gestión. Con una voz casi robótica, y un tanto morónica, me dice sin mover un dedo y sin tan siquiera mirarme a los ojos: "Firma aquí, entra por ahí, sigue al final y vira."

Habían como cuatro pasillos detrás de ella y no me señaló ninguno. Le pregunto entonces: "Entro por ¿dónde? y viro ¿a la derecha o a la izquierda?" Se digna a levantar la vista, respira profundo, y me mira molesta como si yo fuera bruta: "Mi amor... Métete por ahí, vira y sigue hasta el final."

Bueno, logré algo pues ya por lo menos sabía por cuál pasillo entrar, pero todavía no sabía por dónde "virar". Me aventuré a "virar" en la primera puerta que encontré a la derecha y estaba cerrada. Como no había nadie en los alrededores, regresé con el rabo metido entre las patas y le pregunté nuevamente a la recepcionista: "Disculpa que te moleste, pero esa puerta está cerrada. ¿Me podrías decir otra vez por dónde es?" En ese momento pasó un empleado que se dirigía aparentemente hacia mi destino y ella me dice: "¿Ves ese tipo que va por ahí? Síguelo y cuando llegues allí pregunta por María Rivera."

Seguí al empleado y llegué a este ENORME laberinto de cubículos, algunos vacíos y otros con empleados, en grupitos, tomando café, haciendo chistes o haciendo nada. Le pregunto a una empleada por María Rivera y me contesta: "En el medio".

¡¿"En el medio"?! Por qué no pueden dar direcciones claras, aún no me lo explico. Como ratoncito de laboratorio, me moví dentro del laberinto tratando de llegar "al medio".

Finalmente llego "al medio" y en este cubículo se encuentran dos empleadas chismeando y pregunto: "¿María Rivera?" Una de ellas se identifica: "Sí, esa soy yo". "Buenos días", le respondo. "Vengo a renovar mi licencia y a solicitar una nueva." Con ningunos deseos de atenderme y con una cara de maldita-sea-se-me-acabó-el-break, ella me dispara: "¡Documentos!". Y sigue conversando con la otra de algo que, si no se trataba de un chisme seguramente era de una novela.

Yo busco entre mis cosas y paso un poco de trabajo, pues entre el cartapacio que llevaba lleno de documentos, la cartera, las llaves y el paraguas, tenía las manos ocupadas. Las únicas dos sillas que habían en "el medio" las estaban ocupando María Rivera y la otra inepta, (digo "la otra", pues la María también me pareció inepta). En medio de su conversación, miran mi acto de malabarismo y ninguna me ofrece un asiento. Le pregunto a la María dónde puedo poner mis cosas, y la otra, recibiendo el mensaje, se levanta, pero no se retira. Al contrario, todavía continúa su conversación. "¿Por qué no cogerán un buche las cotorras éstas?", pensé.

Me siento, le voy dando los documentos (solicitudes, certificado médico, de nacimiento, de ASUME, de buena conducta, de existencia...), y ella los va tirando, sin ningún orden ni cuidado, sobre su escritorio mientras sigue conversando con la otra. En su escritorio no había absolutamente nada, lo que me hizo pensar que, o era muy eficiente en su trabajo, o simplemente no tenía nada que hacer (creo que la última es la acertada). Le explico mis trámites con mucha dificultad, pues la tipa todavía seguía hablando con la otra todo el tiempo y yo lo que hacía era interrumpirla.

En una le pregunto: "¿Qué es lo que procede con la nueva licencia de Matemáticas? ¿Usted evalúa que yo cumplí con todos los requisitos, o...?" Me interrumpe como si hubiera dicho una blasfemia: "¡Yo no evalúo a nadie!" Y como si recitara una letanía continúa diciendo: "Esto va ahora al Departamento, de allí a Certificaciones, allí lo evalúan y después de dar yo no se cuántas vueltas se le enviará por correo. Y eso es si lo hacen a tiempo, pues si se tarda mucho y pasan tres meses te van a pedir que solicites otra vez los certificados de buena conducta y de ASUME." Ahora sí que me quedé bruta y sin idea...

"¿Tomó el examen de certificación de la especialidad de Matemáticas?", me preguntó. Le contesto que sí. "Y si tengo que volverlo a coger me avisa, que ese examen es un insulto a la inteligencia", añadí, porque es verdad, es súper fácil; con razón hay tantos maestros flojos en la calle... Al mostrarle copia de mis resultados me dice: "¡Yo no me quedo con eso! El Departamento de Educación tiene una lista de los resultados."

Entonces le pregunta a la compañera: "Oye, ¿tú tuviste que coger el examen de certificación? Cuando me dieron mi licencia no había que coger eso." La compañera le contestó que no, que ella tampoco lo tuvo que coger. Entonces pasa un joven empleado por el lado, y le pregunta lo mismo. A lo que él contesta que sí, y sigue andando. En ese momento me doy cuenta que las personas que me están atendiendo son maestros. ¡Maestros! Si a cada rato se escucha en las noticias que hacen falta maestros en el Departamento de Educación, ¿por qué trabajan en estas oficinas en posiciones administrativas y no en el salón de clases?

Sabiendo que la falta de maestros en las áreas de Matemáticas ha sido un problema de toda la vida le pregunto entonces: "Con la falta que hacen los maestros de Matemáticas, ¿no pueden agilizar el proceso un poco? ¿En realidad puede que se tarde tres meses?" Y me dice que sí, que "qué se va hacer".

Preocupada por lo mucho que esto se podía demorar y por el trato indiferente que le estaba dando a mis documentos, tuve la osadía de preguntarle si me daba un recibo como evidencia de que entregué todo, y me dice mirándome como si yo estuviera pidiendo mover una montaña: "Ay, mi'ja, yo ni siquiera tengo computadora... Eso lo entraré después, cuando pueda, y tu tendrás que darle seguimiento." "¿Cómo le doy seguimiento? ¿Me comunico con usted aquí?", le pregunto. Ooops! Dije otra blasfemia... "¡No, conmigo no! Llama al Departamento de Educación y te comunicas con Certificaciones". Le digo que allí no contestan nunca el teléfono, a lo que me responde: "Si no lo contestan allá, imagínate como será acá". "Pero, ¿cómo le voy a dar seguimiento si nadie contesta en ninguna parte?", le insisto. A lo que me responde en tono de salir del paso (después de todo estoy interrumpiendo su valiosa conversación con la otra inepta): "Pues... Ven la semana que viene".

Ya no pude insistir más... Y así me tuve que ir con mi música a otra parte, frustrada después de haber dejado mis documentos en el limbo y sin ninguna certeza de que recibiré mis licencias.

A fin de cuentas, es una agencia de gobierno más. En nuestra idiosincrasia se entiende que el mal servicio y las ganas de no trabajar son de esperarse en el gobierno. Pero es una pena que el servicio sea tan pobre en un lugar donde debería sentirme en mi casa. Yo me siento orgullosa de mi profesión, pero el Departamento de Educación deja mucho que desear, y parece mentira que tenga que certificarme como maestra en este lugar, donde reina tanta ineptitud, tanto desgano, tanta indiferencia, y tanta falta de educación.

12.2.06

De todo y de nada


¿Por qué un blog? Pese a varios intentos, nunca (y nunca es una palabra absoluta) he podido mantener un diario. Luego de la primera entrada, no vuelvo a escribir.

Recuerdo la primera vez que tuve un diario cuando era una pila de porra de 11 años. El diario era azul, la carátula acolchonadita, tenía un candadito y todo. Fué un regalo de cumpleaños. Mi primera entrada:

"Querido Diario:

I love Pedro. I love Pedro. I love Pedro. I love Pedro."


Pedro era mi vecinito. Estaba enchula' de ese nene... Hasta dejé de chuparme el dedo por él (sí, sí... me chupaba el dedo a los 11 años...). Creo que nunca se enteró de que me gustaba. ¿Qué será de la vida de él...? Anyway... Nunca volví a escribir. Pero me aseguré de que el candado permaneciera cerrado.

Igual me pasó la segunda vez. Como estudiante de Educación, estaba tomando un curso de Artes del Lenguaje en el que todos teníamos que dar una clase demostrativa en nuestra área de especialidad. Un estudiante de Inglés dio su clase acerca del Diario como herramienta para fomentar las destrezas de redacción. El tipo leyó selecciones de diarios que se convirtieron en excelentes piezas literarias, como "The Diary of Anne Frank", y no sé cómo lo hizo, pero nos intoxicó a todos con una atmósfera vanidosa de deseos de contar todo lo nuestro, haciéndonos fantasear con la idea de que nuestra vida es tan interesante que cuando estiremos la pata nuestro diario se convertirá en un best seller.

Y pues allá fuí yo a escribir en mi diario (en gringo y todo):

"Dear Diary:"


...y no supe por dónde empezar. Se lo achaqué a que en ese momento carecía de inspiración. Me prometí regresar a la carpeta llena de papel de argollas (era un diario improvisado) en otro momento a escribir en donde me quedé, pero no. Nunca volví.

El tercer diario en mi vida fue uno rosadito, muy femenino, cute pero bien grown-up. Recién comprometida, quería celebrar el logro de llegar al matrimonio luego de 8 años de noviazgo. Quería hablar de los preparativos de la boda, de nuestra relación, etc., y pues decidí documentarlo todo en un diario.

Mi primera entrada:

"1ro de abril, 1995

¿Por qué un diario? Por si algún día quiero recordar..."


Pero ahí quedó. No volví a entrar nada. Igual que en las otras dos ocasiones.

Bueno, cuento largo corto, me casé en junio de 1996. Y recuerdo cada instante de todo lo que pasó desde que hice esa entrada inconclusa en mi diario rosita. Por lo tanto, si quiero recordar, lo único que tengo que hacer es eso mismo: recordar. No me hace falta un diario.

Llega el internet y acto seguido los blogs. Y ahora resulta que todo el mundo es un blogger. Anyone who's anyone has a blog. Leí varios y confieso que al principio pensé que lo que movía a los bloggers era la vanidad y el exhibicionismo, pues uno puede tener un diario, pero ¿por qué hacerlo público? De hecho, la revista Glamour publicó un artículo en la edición de enero, 2006, precisamente acerca del particular: "Women who blog: Are they self-absorbed exhibitionists? Groovy free spirits? Or just plain bored?"

Obviamente sabía que por mi falta de compromiso nunca lo intentaría. Lo que haría sería perder mi tiempo, que no me sobra, haciendo esa primera entrada sólo para no regresar. Exactamente lo que estoy pensando ahora... Y lo que posiblemente está pensando, o mejor dicho, acaba de verbalizar mi adorado esposito con su body language mientras me soba la cabecita y me dice "Dito...".

Entonces, hoy salió en El Nuevo Día este artículo acerca de los blogs. Y pensé "¿Por qué no?" Vuelve a arroparme esa atmósfera... Pero, ¿qué voy a contar? Pues, es mi espacio. De todo y de nada...

A ver cómo me va en el mundo de los blogs... Al fin caí. Espero que ésta no sea la primera y última entrada.