Fin de semana de Acción de Gracias, 2000. Salimos a hacer compras el martes en la tarde en el carro de mi esposo. Cuando regresamos, dejamos el carro estacionado frente a la casa. Ni nos molestamos por meterlo en la marquesina. Bajamos la compra, la guardamos y oficialmente comenzamos nuestras vacaciones.
El miércoles nos fuimos de viaje, por 5 días. El lunes en la tarde, ya de regreso, cuando me disponía a sacar a Kahlúa a pasear, me encontré a los vecinos rondando en la calle frente a mi casa. Daban vueltas en un solo sitio, para arriba y para abajo, como si buscaran algo que se les había perdido.
"Es por aquí" - decía mi vecina L., señalando con sus manos el piso, haciendo círculos, demarcando un área a su alrededor.
"¿No será en la alcantarilla?" - preguntó G., el esposo de L., mientras se acercaba a la alcantarilla que quedaba cruzando la calle, frente a su casa y casi frente a la mía. (Su casa era la última de una calle sin salida, y la mía era la penúltima.)
Me dirigí hacia ellos y les pregunté que qué buscaban.
"¿No lo sientes allí?" - me dijo Y., mi otra vecina, la de la ante-penúltima casa. "Yo creo que hasta en mi casa se siente."
"¿Qué cosa?" - preguntaba confundida mientras cerraba la puerta de la casa. Agarré a Kahlúa y me fuí acercando a ellos para ver qué era eso que yo no sentía, cuando, de repente, como una bofetada, me dió una peste a perro muerto tan descomunal que no existen palabras para describirlo...
"¡Uy! ¡Fo! ¡¿Qué rayos es eso?!" - grité.
"No sé, pero es por aquí..." - decían mientras daban vueltas frente a mi casa, cerca de la alcantarilla.
"Se habrá muerto un ratón..." - les dije. Pero cuando me acerqué a la alcantarilla me dí cuenta de que la peste no era tan intensa. - "Bueno, a lo mejor no es aquí..."
Hasta a Kahlúa le molestaba la peste. Olía sin cesar y estornudaba de vez en cuando, la pobre. Me uní a la tropa a dar vueltas, a ver si encontrábamos de dónde venía la peste.
Mi esposo entonces nos vió en plena danza misteriosa y salió a la calle.
Con una cara de "¿Qué rayos hacen?" se fue acercando a nosotros y nos preguntó eso mismo: - "¿Qué rayos hacen?"
Al unísono todos dijimos - "¿No lo sientes?"
Antes de terminar de decir "¿Qué cosa?" su rostro se frunció, se tapó la nariz, se contorcionó y dió media vuelta, todo en 0.125 segundos. Era la bofetada apestosa. Espantado gritó - "¡Fooo! ¡Aaaaghh! ¿Qué carajo eso?"
"No sé, pero es por aquí..." - le dije. "Parece que se murió un ratón o algo."
"¿No será un perro?" Mi esposo se agachó a mirar debajo de su carro, que todavía estaba estacionado frente a la casa, a unos pasos de la alcantarilla. - "Por aquí apesta un montón, pero no veo nada."
"Eso es un ratón que se murió en la alcantarilla." - insistía G.
"O será un gato... ¡Es que apesta demasiado! ¿Un ratón puede causar tanta peste?" - pregunté yo.
Era todo un misterio. No encontramos nada. Rendidos, lo dejamos ahí, con la esperanza de que con el tiempo la peste se disipara.
La mañana del martes, mi esposo sale a trabajar. Se va acercando al carro y siente la bofetada. La peste no se había ido. Entonces se monta en el carro y la peste ¡era peor! "Maldito ratón muerto. Me impregnó el carro," pensó. Prendió el carro y se fué a trababjar.
En el camino no resistía la peste, que se ponía cada vez más insoportable, y abrió las ventanas. No sabía dónde meterse. Sacaba la cabeza por la ventana para poder respirar. Estaba desesperado. Iba de camino a recoger a J., uno de sus clientes, a su oficina, para ir a una reunión en el "field" y el carro estaba apestoso... ¡Qué vergüenza!
Llegó a la oficina de J. y el mismo se monta en el carro. Cierra la puerta y mi esposo acelera el carro para salir. En eso J. (que, suerte que tenían confianza) le grita - "¡Foo, 'mano! ¿Qué es esa peste?"
"¡NO SÉ! Parece que un jodi'o ratón se murió por la casa y me impregnó el carro" - le explicó frustrado.
"¡¿Qué?! ¿Por tu casa? No, no, no, no, no... ¡Para! ¡Para el carro, que no aguanto!" - J. estaba a punto de vomitar.
Mi esposo se alineó en la carretera y J. salió como una centella del carro... Con la cara verde y llena de espanto le dice a mi esposo - "Brother... Tú me perdonas, pero ese ratón tiene que estar dentro del carro."
"¡¿Qué?! ¿Tú crees? ¡Aaaagh, no...! - mi esposo casi lloraba de tan solo pensarlo.
"Es que apesta con cojones, chico." - contestó J.
Quedaba sólo una cosa por hacer. Lanzarse como buenos machos a la búsqueda del culpable en medio de la peste soberana. Se miraron las caras como superhéroes asustados. Cogieron aire, aguantaron la respiración y se metieron dentro del carro a buscar el cadáver del ratón. Buscaron en todas partes: debajo de los asientos, en los asientos de atrás, en cuanto compartimiento tenía el carro... Nada.
Entonces J. le dice a mi esposo - "Abre el baúl."
Mi esposo abre el baúl. Esta vez no fué una bofetada... Fué una PALIZA apestosa lo que salió de allí. Y allí, en estado avanzado de putrefacción, se encontraba el causante de sus penas: un pollo.
Resultó que el martes, cuando mi esposo bajó la compra del carro, se le quedó un pollo en el baúl. ¡Por 7 días! Y allí estaba... Podrido, cubierto de gusanos y de unos "granitos".
(Continuará...)
18 comentarios:
Foooooo....
Imagino que luego de eso le dieron un sendo champú y vaciaron un pote de perfume en el carro a ver si por lo menos se escondía la peste bubónica un poco.
Ja, ja, ja, ja, ja….
Jajajajaja!!!! No me puedo imaginar como hicieron para deshacerse de la peste... y quien fue el superheroe que saco el pollo del baul??? Esa persona se merece un premio...
Ares tenia un amigo que siempre se ofrecia a ser el chofer designado del grupo, mas por el chuleo de ensenar su carro deportivo que otra cosa. Una noche salieron a beber y terminaron tratando de pasar la borrachera en la taqueria. Ares no se pudo comer su quesadilla de camarones, asi que pidio un doggie bag y se la llevo... pero la quesadilla no llego a casa. Meses despues, y tras cientos de dolares intentanto sacar la inexplicable peste bubonica del carro, Joe freno en una luz roja y de debajo del asiento delantero rodo la cajita de foam con la quesadilla de Ares!!! Asco, puro asco...
AAAARRRGGH!!!
A mi mamá le pasó algo similar. Ella sentía esta peste descomunal a putrefacción que venía del apartamenteo del vecino del lado (vive en un condominio), y encima hacía días que no veía al vecino. Ella estaba segura de que el vecino yacía muerto en el apartamento pues la peste era insoportable. No soportó más, llamó a la policía y ellos tumbaron la puerta del vecino, seguros de que allí había un cadáver. Para su sorpresa había par de bolsas de supermercado con par de paquetes de carne y pollo fuera de la nevera, pudriéndose, y el vecino se había ido de vacaciones, por lo cual nunca se dió cuenta. Lo lindo es que le rompieron la puerta y la tuvo que pagar él.....
JAJAJAJAJAJA
Esta odisea debería llamarse:
Kahlúa Jones & The Infernal Stench From Planet Doom!
JAJAJAJAJAJAJAJJAJAA!!!!
ME HAZ HECHO REIR LUEGO DEL SUSPENSO
ME PASO ALGO PARECIDO TIEMPO ATRAS...
noc3k: stay tuned... ;o)
lyllia: jajajaja... ¡qué asco!
annette: lol digno de un episodio de law & order. pobre hombre... tras la peste, la puerta... lol
caribeña: ¡qué original! pero debería ser "El Macereno Jones..." él fué el que sufrió las consecuencias de la maldición del pollo...
elias: glad to be of service. ;o) ¿qué te pasó?
Eaaahh Rayos! Me dieron nauseas con el relato nada más... Dejame decirte que el otro día se me viró un poco de gasolina que le buscaba a la esposita para el trimmer, en el baúl del carro y estuvimos tratando de quitarle la peste a todo el carro, durante semanas. No me quiero imaginar como lograron sacar la peste a podrido. Regreso luego para la culminación de la anécdota.
Este cuento me acuerda al pedazo de pernil que mi mamá y yo encontramos en el patio de la casa dentro de un sartén (el pedazo de carne estaba sin cocinar...)Estuvimos a punto de vomitar las dos. No me imagino con el olor de un pollo de siete días.
Muy bueno.
Seguiré visitándote.
jajajajaj foooooo. a mi me paso eso una vez. pero fue con un mofongo de camarones baby.
qué chavienda... mi comment desapareció de nuevo!!!!!
jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajajjajajajajajajajajajajajajajajajaj
EL PEDAZO DE POLLO LO ENCONTRE DEBAJO DE LA NEVERA
COOOOONTRA Q PESSSTEEEE!!!!
¡¡¡Ay que pesadilla!!! Pobre Macareno al tener que guiar en el carro con la maldición aviaria. Jajajajaja lo más que me gusta son los vecinos detectives. :)
Conozco a una persona que encontró una caja de dientes de un compañero en su baúl. :) Creepy.
Estaré pendiente.
j. colón-bilbraut: me imagino que andabas con náuseas en el carro... agh...
iva: bleargh!
fábrica: ¡¿camarones?! ah, no... eso está fuera de liga...
joel: blogger sucks... pero es gratis, so... pero, ¿qué habías dicho? ahora me dejas con la curiosidad... ¡no voy a poder dormir! o_O
manny: te fuiste en blogmachine mode... ¬¬
elías: ¡fuchi!
estela: qué rayos haría una caja de dientes en el baúl... hmm... yo creo que tuvieron al muerto metido en el baúl y cuando se fueron a deshacer del cadáver se le cayeron los dientes... o_O (estoy viendo mucho law & order) ¬¬
¿una caja de dientes en el baúl? jajaja
Pues... resulta que un día de cervezas este hombre dejó su chaqueta en el baúl de un carro de su compañera de trabajo. Se quitó la caja de dientes y la puso en la chaqueta. Luego al irse para su casa se llevó la chaqueta pero la caja de dientes se quedó en el baúl. Jajajaja Tuvo que llamar y pedirla de vuelta. Uf... :)
c: qué misterioso, ¿no?
estela: ¡ay, qué pachó!
por mi madre ami me pasa algo así, yo renuncio al trabajo.
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